Tras casi cuarenta años de matrimonio y dos décadas coleccionando arte, Iris Marcano y José Hernández Castrodad tienen un vínculo con la comunidad artística de Puerto Rico y una manifiesta dedicación al desarrollo de jóvenes de talento, cuyas carreras despiertan el interés de los apasionados del arte dentro y fuera de la isla.
El matrimonio comenzó su colección con un óleo del reconocido pintor puertorriqueño Orlando Vallejo, lo cual fue un primer paso para conocer a otros creadores, tanto hombres como mujeres, y cultivar la apreciación de las artes visuales que los ha colocado en su actual posición de respaldar a artistas y curadores emergentes.
En 2005, Marcano y Hernández Castrodad, junto al artista Quintín Rivera Toro, establecieron en Caguas el espacio alternativo Área: Lugar de Proyectos para promover actividades de arte para la comunidad. Además, a través de uno de su negocio, la franquicia de las pinturas Benjamin Moore, la pareja ofrece constante apoyo a los artistas, facilitando materiales de arte para obras particulares, exposiciones en museos y espacios de arte. Asimismo, procuran en gran medida adquirir obras directamente de los artistas para fomentar su beneficio económico. Tanto Área como la Colección Hernández Castrodad son componentes medulares en la escena de artes plásticas que conocemos hoy en Puerto Rico.
Si bien en Puerto Rico existen entusiastas familias coleccionistas de arte, la Colección Hernández Castrodad se distingue por la inclusión de medios contemporáneos y noveles, alejándose de acopios más tradicionales que se centran en pinturas y grabados de conocidos artistas del siglo pasado. La Colección cuenta, por ejemplo, con piezas de videoarte realizadas por Myritza Castillo y Quintín Rivera Toro.
El enfoque de esta exposición se ha trabajado a modo de un sondeo del arte puertorriqueño de las últimas dos décadas. En efecto, como muestra de la diversidad de la Colección, se exhiben dibujos, pinturas, instalaciones, esculturas, fotografías y videos. Reflejando la variedad de medios artísticos y preocupaciones, la exposición se divide en dos áreas temáticas de exploración: el humor y la política. Más allá de estos ejes, se muestran algunas obras que no son por fuerza representativas del quehacer actual de sus creadores, lo cual permite dar a conocer otras facetas de estos. La mayoría de las obras provienen de artistas de las últimas dos generaciones, prueba del apoyo de Iris Marcano y José Hernández Castrodad a los artistas en formación.
En JUNTXS se observan piezas coloridas de lúdica confraternidad, con obras de Bobby Cruz y Omar Obdulio Peña Forty, por ejemplo. Peña Forty pinta retratos de próceres, como el artista Francisco Oller, con recortes de cabello contemporáneos, vinculando así su práctica de artista visual con su práctica de barbero. También se incluyen varios “ready mades”, como las patinetas de Chemi Rosado Seijo y de Radamés “Juni” Figueroa. La de Rosado, con el libro sobre Tite Curet, destaca a un ícono de la cultura popular puertorriqueña.
Contamos también con dos pinturas de Omar Velázquez, quien como grabador acostumbra trabajar contenidos abiertamente políticos y económicos, pero en este caso trabaja la tónica humorística que domina en la sala. Las piezas de Velázquez, aunque con colorido playero, están centradas en la preocupación por el desparrame urbano, los espacios en desuso y la vida citadina en general, sirviendo de puente hacia la próxima sala de exposición.
JUNTXS también cuenta con la obra titulada “Tanque”, de Garvin Sierra, una impresión láser con luz de neón sobre madera. Sierra es uno de los primeros artistas que trabajaron con luces de neón en el país. En la muestra se pueden apreciar otros trabajos de fuertes connotaciones sociopolíticas, entre ellos “Los panes de las guerras”, de Norma Vila, basada en una investigación sobre las guerras respaldadas por la Iglesia católica. La pieza de Lilliam Nieves, “Corona IV”, impugna los estereotipos y estándares de belleza inalcanzables que la sociedad occidental impone a las mujeres y se convierte en símbolo de fuerza y empoderamiento; es una obra con la que el público puede interactuar.
Se distingue la obra de Pedro Vélez, “Surrender Flag with Dollar Skull or Surrender Flag with Zombie Abstraction”. Realizada en colaboración con el artista y profesor Luis M. Rodríguez, esta pieza forma parte de una serie de banderas que abordan la crisis económica y política de Puerto Rico, apuntando a la vez a la escena artística actual. Vélez, primer artista que expuso su obra en Área, comentó sobre aquella ocasión: “La temática principal de la exposición era la debacle económica, las casas acreditadoras como embajadas para ladrones y secuestradores, la creación de metáforas sobre los fondos buitres y la bandera de rendición como símbolo de entrega nacional”.
Con esta muestra de la Colección Hernández Castrodad, ofrecemos una mirada a una de las colecciones de arte contemporáneo puertorriqueño más relevantes del país. Actualmente cuenta con unas 530 obras, y continúa creciendo con el afán de apoyar la carrera de artistas, curadores y curadoras de Puerto Rico con generosidad y respeto.